Tan solo habían transcurrido quince minutos de este viernes, cuando Mara Torres arrancaba el informativo de La2 Noticias vestida de negro. De poco habían servido las presiones de algunos directivos para que no se llevara a efecto el segundo "ViernesNegroRTVE", tal y como había denunciado a media tarde del jueves el Consejo de Informativos. Muy pronto, con las primeras horas de la jornada, los trabajadores de RTVE se iban incorporando a sus puestos de trabajo vestidos de luto y se fotografiaban con ese negro reivindicativo en redacción, controles técnicos, y otras salas de trabajo; después, unos agrupados por secciones, otros por centros territoriales, realizaban fotos de grupo para clamar contra el bloqueo del PP que impide la renovación de la dirección. Mientras, en Los Desayunos de TVE se hacían conexiones exteriores con periodistas también enlutados. Llegaba el mediodía y en las puertas de cada centro de trabajo se concentraban —brevemente, ya que no se trataba de una huelga que paralizara las tareas, sino de actos simbólicos de protesta— los trabajadores convocados por los sindicatos, unidos a la representación profesional de los Consejos de Informativos, y por colectivos transversales como #MujeresRTVE.
Todas y todos a cara descubierta, unidos, y vestidos de negro: "Hoy lo que importan no son los rostros, sino la vestimenta común como demostración de protesta —nos decían—; pero no ocultamos la cara; nadie tiene miedo a presuntas represalias, queremos que RTVE cambie, pero que lo haga ya". Un sentir generalizado al que ponía voz Alejandra Martínez, portavoz del Consejo de Informativos en RNE: "Para nosotros es fundamental que nuestra protesta cale en los ciudadanos. Que se sumen a ella. Que no se resignen a que la radiotelevisión pública sea del gobierno de turno. ¡Que no! ¡Que es suya! Que la pagan y deben exigir que les informe con honestidad. Al final, todo se reduce a la voluntad política. Ya se ha conseguido que toda la oposición —¡toda!— llegue a un acuerdo. Es una mayoría incontestable. Por eso creemos que el Partido Popular no puede retrasar más el acuerdo. A partir de ahí, que afinen los términos del proceso y que se inicie ya el proceso de renovación. Las dudas técnicas y jurídicas a las que se están agarrando para dilatarlo son perfectamente subsanables, si se quiere. Y es injusto aprovecharse de los recovecos parlamentarios para secuestrar un acuerdo mayoritario. Que no estamos pidiendo subidas de sueldo, ni nada por el estilo; que estamos pidiendo poder ejercer nuestra profesión con libertad".